Masticación, los beneficios de masticar y digerir

masticacion

Por Patricia Restrepo

Masticar, literalmente triturar el alimento, es la primera fase de la digestión. También en un sentido metafórico representa meditar.

Digerir, es convertir en el aparato digestivo los alimentos y sustancias propias para la nutrición. Metafísicamente, digerir es desmaterializar los alimentos para obtener el aporte energético inherente a su naturaleza original.

Así pues, para beneficiarnos de lo que comemos en el aspecto físico, mental y espiritual, la masticación es fundamental como práctica orgánica, saludable y mística de conexión con el medioambiente.

De ahí la importancia de masticar concienzudamente.
“Bebe tu comida y mastica tu bebida” Mahatma Gandhi.

En el vertiginosos mundo moderno, donde la mecánica automática y virtual gobiernan al ser humano, el acto de comer y masticar conscientemente es practicado por una pequeñísima minoría, siendo así la gran mayoría de las personas víctimas de desórdenes digestivos, estomacales, alérgenos, intestinales y otras disfunciones relativas a la comida.

Es importante ser consciente de lo que comemos y cómo lo comemos. Si observamos todos los actos sagrados de las diferentes culturas, se hacen entorno a la comida, donde se consagra el alimento y se deja de manifiesto que “aquello que se está comiendo se convertirá en nuestro cuerpo, en nuestra sangre y en nuestro pensamiento”.

La digestión comienza con la masticación, así el alimento penetra en el cuerpo a través de la boca, la saliva que es ligeramente más alcalina, digiere los carbohidratos completos rompiéndolos en azúcares simples (por esa razón cereales integrales, legumbre y verduras, cuanto más se mastican más dulzor se les extrae). Cuando masticamos adecuadamente, la saliva se mezcla con el alimento, haciéndolo más alcalino, lo que significa que la comida podrá ser óptimamente absorbida por las secreciones ácidas del estómago, así si nuestra sangre es más alcalina, disfrutaremos de una inmunidad alta y mayor resistencia a las enfermedades.

Si nuestra sangre es ácida, se pierden minerales preciados, especialmente calcio, que es extraído de nuestros huesos, dientes o músculos, y nuestra inmunidad desciende siendo vulnerable a múltiples enfermedades.

Un factor muy importante a recordar es que el estómago no tiene muelas, y si no masticamos muy bien los alimentos hasta convertir el bolo alimenticio perfectamente digerible los órganos implicados en la digestión trabajarán a marchas forzadas, lo que generará malas digestiones, dolores estomacales, hipoglucemia, tensión, ansiedad y alta emisión de gases. Así una buena masticación que consiste en triturar los alimentos de treinta a cincuenta veces cada bocado, nos reportará múltiples beneficios:

— Optimizar la digestión.
— Estabilizar la vitalidad, todo el trabajo innecesario que se le ahorra a los órganos digestivos, revierte en energía y vitalidad.
— Comer justo la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades psicofísicas, lo que contribuye a mantener el peso ideal.
— No sentirse atraídos por tentempiés ni alimentos refinados entre comidas.
—Al estar los órganos relajados, este estado de relajación redunda en un estado de paciencia, equilibrio y relajación interior.
— La mente está clara y lúcida, pudiendo así tomar decisiones coherentes e intuitivas.

— Hay una mayor gratificación con el sabor natural de lo que se come, encontrando el verdadero sabor de cada alimento.
— Se reducen las flatulencias y las digestiones pesadas.
— Se estimula el funcionamiento general del sistema endocrino y con ello se refuerza el sistema inmunitario. Al crear una sangre más alcalina se previenen enfermedades.

— Fortifica los dientes, encías y los huesos de la cara, refinando el rostro y manteniendo la expresión despierta y abierta.
Masticar regula los movimientos peristálticos.

— Frente a un bloqueo físico o emocional, la masticación contribuye a dispersar el bloqueo, cuanto más se mastique, más rápido te conduce a un estado de equilibrio, al cabo de unas semanas te sientes más vibrante y con un pensamiento más claro.
— Es indispensable estar presente y ser consciente de esa presencia, evitando comer mientras se ve la TV o se lee. Es conveniente no comer de pie, pues el sistema digestivo fue diseñado para que se relajara mientras estamos sentados.
— “Si masticamos conscientemente, tendremos buena digestión, buena absorción, y buena circulación”. Si nos preguntamos ¿cuál es la diferencia orgánica entre estar joven o mayor?, la respuesta es tener buena digestión, buena absorción y buena circulación.

— No te obligues a beber, en todo caso oblígate a masticar para obtener el líquido preciado que constituye la felicidad.

RECETAS

Wok de arroz rojo
(Plato que dinamiza y lubrica las funciones digestivas).

Ingredientes: 250gr de arroz rojo, 100gr de seitan, 4 cucharadas de brotes de soja, una cebolleta con la parte verde, una zanahoria, soyu, jengibre, 4 cucharadas de semillas de sésamo tostadas, aceite de sésamo.

Elaboración:
Cocer al arroz en ½ l de agua y una pizca de sal, 10min a fuego alto, 35 min. a fuego bajo. Destapar el arroz y cambiar a un recipiente de cerámica o cristal, reservar.

Cortar las verduras en tiras finas.
Cortar el hesitan a taquitos.
Tostar las semillas de sésamo.
Rayar el jengibre y exprimir el zumo.
Pincelar un wok con aceite caliente, saltear las cebolletas, las zanahorias y el hesitan. Añadir el soyu y saltear 3 min. más. Mezclar con el arroz cocido y el sésamo tostado. Exprimir en el último momento el zumo de jengibre. Decorar con una ramita de cilantro.

Ensalada de zanahoria
(Plato crujiente que fortalece los intestinos)

Ingredientes: 2 zanahorias cortadas en cerillas muy finas, zumo de jengibre, zumo de limón, pimienta blanca, sésamo negro tostado, sal marina, aceite de oliva.

Elaboración:
Mezclar las zanahorias con sal y reservar.
Añadir el zumo de jengibre, el zumo de limón y la pimienta. Incorporar las semillas de sésamo tostado. Aderezar con el aceite.

Ensalada fresca de primavera
(El sabor ácido frena el ritmo del páncreas invitando a comer menos dulces)

Ingredientes: nabos, manzana verde Granny Smith, rúcula, uvas pasas, nueces, limón, aceite de oliva, sal, tofu, pimienta blanca, apio.

Elaboración:
Cortar la verdura en taquitos pequeños, trocear las nueces y preparar una mahonesa con el tofu, aceite de oliva, agua y una pizca de sal. Mezclar todos los ingredientes.

Los comentarios están cerrados.