Desintoxícate con la macrobiótica en Enero (Parte 1)

Por qué un detox macrobiótico. En un mundo donde cada día hay más teorías dispares sobre nutrición, con tal «infoxicación» en internet y en redes, es indispensable volver al origen , a las raíces de lo que fue un fundamento, alimentación para humanos.

Porque actualmente, incluso en el mejor de los casos cuando se propone una dieta vegana, libre del sufrimiento animal, se basa en comestibles que imitan los productos animales (falso chorizo, falsa, carne, falso queso, falso foie gras y un largo etcétera) que contienen una cantidad de aditivos y sustancias tóxicas, y que muy lejos de nutrir intoxican el organismo sin aportar ningún tipo de vitalidad.

Origen etimológico de la palabra «macrobiótica»

Para quienes escucháis por primera vez la palabra macrobiótica, os voy a contar lo que significa y cuales son sus raíces en el tiempo.

«Macrobiótica», nombre, (utilizado con un verbo singular)

  1. Modo de vida que guía a las personas en términos de nutrición, actividad y estilo de vida.
  2. Sistema dinámico de principios y practicas de armonía que benefician al cuerpo, a la mente y al planeta.

Macrobiótico/a adj., como filosofía macrobiótica o dieta macrobiótica.

Origen: del griego antiguo macro (grande o largo) y bios (vida o forma de vida)

La macrobiótica está anclada en el tiempo donde el ser humano vivía y se relacionaba armoniosamente con el entorno, donde todo lo que comía contaba, y contaba en todos  los aspectos. No solamente se valoraban las propiedades nutricionales de forma fragmentada, sino además la esencia de lo que se comía.

sushi de verdura, plato detox macrobiótico

Todo es energia

Partiendo de la base que todo es energía en este multiverso y que la energía precede a la materia, entonces entendemos que todo lo que comemos es energía convertido en materia y tendrá un efecto en todos los aspectos de nuestra vida.

Ya en el paleolítico el animismo sostenía que todos los elementos de la naturaleza, ya sean objetos inanimados, animales, plantas o fenómenos naturales, tienen alma, espíritu o una esencia vital. Se tenía la enorme comprensión que cada vez que se comía un animal de sangre caliente se absorbía su espíritu, adquirían el Tótem del animal, y sus cualidades de lucha, supervivencia, o resistencia.

Y  cuando comían raíces entendían que el espíritu de la raíz era enraizar, de las semillas, la capacidad de germinar, de contener, de dar vida, de crear, y así con cada parte de la planta que ingerían.

Con la era Newtoniana y la entrada del materialismo científico, el sentido de la vida se transformó y una parte de nuestra realidad quedó castrada. La medicina se volvió sintomática, la nutrición científica, basada en calorías, y nutrientes aislados, se perdió la conexión del todo con el todo, se negó nuestra naturaleza holográfica y con ella vino la especialización de las partes, segmentando lo que somos.

Historia de la macrobiótica

La macrobiótica bebe y se basa en  principios de la medicina clásica china descrita en el libro de Huangdi Neijing o Canon interno del Emperador Amarillo (2697-2597 a.C.)  que fue compilada a lo largo de 2.200 años, durante el periodo de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.), y está considerada el texto médico fundamental y más representativo. El registro de la palabra Macrobiótica se encuentra en el ensayo  de Hipócrates, titulado  Aire, agua y lugares,  hace unos 2400 años.

Y en su obra declaró lo siguiente:

«Que tu alimento sea tu medicina».

«Los granos deben mantener su envoltura, ya que contienen nutrientes básicos que nos relajan de las enfermedades».

«Para alimentarnos de forma equilibrada y vivir en salud, es preciso consumir cebada, avena, y otros cereales que son los más cultivados en territorios cultivados por Grecia».

Heródoto, Aristóteles, Galeno, Platón y otros clásicos también utilizaban el término «Macrobiótica» para describir  un estilo de vida, responsable y sano que giraba alrededor de una dieta responsable, local, estacional y moderada, cuyo resultado era la mejora de la salud y el logro de la longevidad sin lagunas físicas, mentales y espirituales.

En la era moderna le sucedieron EKiken Kaibara  (1630-1716), Sagen Ishizuka (1860), George Oshawa (1893) padre de la macrobiótica moderna, y mi querido maestro Michio Kushi (1926-2014) gran divulgador de la macrobiótica en Occidente, decía: «Somos un fantasma que absorbe el medio ambiente. Somos lo que comemos porque lo que comemos crea nuestra sangre que da vida a las células, a los órganos, al sistema nervioso, al pensamiento, de manera que sin alimentación la vida no es posible».

La forma de comer macrobiótica está basada en la comprensión de nuestro desarrollo biológico, social y espiritual. Abarca no sólo lo que comemos sino el medio ambiente en el que vivimos, el aire, el agua, las relaciones sociales, la familia, el arte, la casa y su influencia, en la conexión del hombre con el orden de la naturaleza. Es decir, la nutrición, pues nutrirse no tiene nada que ver con lo científico. Estas aplicaciones dietéticas nos proveen un sistema flexible basado en la observación y aplicación a las leyes de la naturaleza. Es un sistema dinámico que considera al ser humano como único según la edad, el sexo, la actividad, la ciudad donde vive y otras consideraciones más.

bol detox macrobiótico de verduras con caldo y tofu

Claves del detox macrobiótico

Y basada en la teoría de la ley de contracción Yang y expansión Yin y las 5 transformaciones de la energía, entiende qué alimentos nutren concretamente a cada órgano y también qué alimentos perjudican más a cada órgano. También entiende cuáles son las emociones específicas de cada órgano cuando está en equilibrio y alineado con la alimentación adecuada, o cuales son las emociones en desequilibrio que surgen cuando la alimentación y estilo de vida, que se está llevando la personas, es incompatible con ese órgano en cuestión y la persona en cuestión. Nos hace conocedores de la naturaleza profunda de cada personas.

Es un estudio minucioso e inequívoco realmente, de ahí que cuando una persona accede a una consulta de nutrición y educación macrobiótica, tiene en pocos días una mejoría espectacular.

La selección de la comida se hace con cuidado y amor. La Macrobiótica te invita a la comida casera, usando ingredientes frescos y locales, a la comida regional y a comer, básicamente, productos vegetales. En esta elección nos hacemos responsables de nuestras elecciones, es decir, creamos conciencia contemplando la cualidad energética de cada alimento y el impacto que tiene en el cuerpo, con su correspondiente consecuencia.

Entendemos que los alimentos son códigos que entran a nuestro organismo y cada código lleva consigo un mensaje  que el cuerpo descifra, y lo descifra a nivel energético básicamente y también a nivel bioquímico. Los alimentos vivos que tienen la capacidad de germinar, que no han sido manipulados, recuerdan qué son aportándonos esa claridad mental y orgánica que claramente se convierten en nuestra sangre, cuando cambiamos nuestra sangre cambiamos nuestro destino.

Porque al final digerir es en términos espirituales volver a desmaterializar el alimento, a la vez que significa romper en partículas más pequeñas los alimentos para poder ser asimilables por el organismo, metabolizar, nutrir, asimilar, descocer y deglutir.

(Sigue leyendo la parte 2, donde te explico los menús y cómo aplicarlos)

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