Recién llegué ayer de Marruecos, un destino embriagador, siempre que tengo oportunidad repito y confirmé el efecto beneficioso de la bebida refrescante en verano pero caliente.
Caminar por la Medina, perderse entre los zocos, viajar a través de los aromas, y cuando cae la tarde en Ramadán, ser poseída por los cantos, sentidos y alegóricos que penetran por los poros, filtrándose hasta la cuna del misterio en la profundidad sagrada de mi ser, donde resuena una unidad afín a todas las religiones y las búsquedas, la melancolía humana, la felicidad ambigua, la certeza de ser hoy, y mañana desaparecer convertida en aroma, en canto, en humo, en otra piel.
En las paredes de barro y paja me reencuentro con la evolución perdida, con lo orgánico, con la purificación hecha vapor y agua en un hamman.
Los bereberes a pesar de filtrear con la disparatada modernidad, mantienen el sentido común, no renuncian a lo antiguo que siempre funcionó, porque están cerca de sus vísceras, del sentir, de la tradición que circula por sus venas. Por esto para mitigar el calor a mediodía cuando el termómetro marcó 43º a la sombra, ellos siguen tomando un té de menta muy caliente, yo lo pedía sin azúcar “S’il vous plaît”.
Este “té” caliente me recordaba a mi abuelo, cuando teníamos sed y mucho calor, nos ofrecía agua de panela muy caliente con limón, y cuando teníamos frío, también nos ofrecía agua de panela muy caliente con limón. Y decía, lo que sirve para paliar el frío también sirve para paliar el calor.
Para el calor de estos días te propongo una bebida refrescante de verano sencilla, una fusión entre el agua de panela sin panela y el té de menta. ¡Que diría mi abuelo … si me viera desahuciar la panela por el concentrado de manzana!.
Esta bebida tiene un montón de orígenes: Japón, Marruecos, Colombia … pero como los cantos que me hacían sentir humana de todas partes y me convertían en alambique destilando la esencia de no raza, no bandera, no creencia, convirtiéndome en todas las razas todas las creencias, esta bebida fusión recupera el antiguo sentido común universal.
Para disfrutarla, has de aceptar la sensación de purificación efímera, la breve humedad ardiente sobre el labio superior mientras los compases orgánicos se refrigeran.
Recetas de bebida refrescante en verano
Té kukicha a la menta
Efecto duradero, energéticamente, esta bebida alcaliniza en verano, consolida los órganos, regula la temperatura interna.
Ingredientes
una cucharada de ramitas de té kukicha
1 litro de agua
Concentrado de manzana al gusto
El zumo de un limón
Un manojo de menta.
Elaboración
Hacer hervir el agua
Añadir el té kukicha
Cocer durante 3 minutos
Colar y reservar los palitos para una segunda infusión.*
Verter en una jarra la menta fresca, el zumo de limón y el concentrado de manzana, tomar caliente.
Pero si deseas experimentar una fresca sensación burbujeante en la boca, porque a veces también nos apetece la superficialidad fugaz de las luces de bengala, como un juego, una carcajada, un grito, un escalofrío, un capricho adolescente, un simple quiero, te propongo esta bebida un poco roquera y cincuentona que no se vincula con la historia ni la tradición, tiene cierto encanto ingenuo y una tímida mirada inofensiva.
Agua con gas, limón y concentrado de manzana
Efecto rápido y placentero
Es tan sencillo como exprimir el zumo de un limón en un vaso, añadir concentrado de manzana y verter por arriba agua con gas, por supuesto que esta bebida es sensacional, pero a diferencia del té kukicha caliente, pronto querrás tomarte otro vaso y de nuevo repetir y repetir.
* La segunda vez puedes reutilizar los palitos del té hirviéndolos durante 7 minutos, la tercera vez durante 15 minutos.
Los palitos del té usados, pueden reutilizarse en caso de querer ablandar algunas cocciones con pescado, como el Koikoku.