Las alergias modernas, en general, podríamos denominarlas como reacciones exageradas, anormales a diferentes sustancias que pueden ir desde alimentos, medicamentos, químicos, o sustancias volátiles, polvo, polen, pelo de animal hasta picaduras de insectos.
Síntomas de las alergias modernas
Los síntomas suelen manifestarse a nivel respiratorio —asma, estornudos—, a nivel cutáneo —urticaria, zarpullidos, rojez en piel u ojos—, a nivel interno —dolor de estómago, acidez, picazón de boca o garganta, calambres diarreas, náuseas, rigidez, inflamación o dolor en articulaciones y huesos—, hasta en algunos casos extremos, taquicardia, intensos flujos, shock.
Es curioso, más que curiosos es relevante, observar que las alergias modernas son uno de los desequilibrios de la salud que más ha aumentado a partir del s. XIX, siendo vinculado al uso y abuso de pesticidas, dieta moderna, medicamentos, químicos, aditivos, conservantes, multiplicación y exposición a campos electromagnéticos —aires acondicionados, teléfonos inalámbricos, telefonía móvil, ordenadores, fotocopiadoras, microondas, mantas eléctricas, ollas, cepillos eléctricos y vida sedentaria—.
Causas de las alergias modernas
La causa principal de las alergias modernas es el empobrecimiento del sistema inmunológico, que al debilitarse se hace vulnerable, incapaz de adaptarse al medio ambiente siempre cambiante. El tratamiento principal para tratar las alergias debería ir dirigido a fortalecer el sistema linfático y la calidad de la sangre.
Si utilizamos la lógica y la analogía, vemos claramente que una alergia no es más que un intento desesperado del cuerpo para deshacerse de los excesos que ha generado una alimentación insana —casi siempre de característica yin—. Y es quizá en primavera, cuando todo eclosiona, como en la naturaleza, que el cuerpo en su proceso natural de desintoxicación agudiza los síntomas.
Tampoco deberíamos olvidar nuestra naturaleza holográfica y la interrelación cuerpo-mente, y sus expresiones inherentes —emociones y pensamientos—.
El libro “La enfermedad como camino” de Thorwald Dethlefsen y Dahlke Rudiger, hace alusión a la relación de las alergias y personas con dificultades de recibir críticas, hipersensibles, a no considerar otros puntos de vista o formas diferentes de entender la vida.
Qué podemos hacer
Si partimos de la premisa que para curar las alergias deberíamos curar primero el sistema inmunológico, entonces habría que evitar el consumo de:
- Azúcares simples y refinados,
- Lácteos,
- Lolanáceas,
- Productos de origen tropical.
- La ingesta desmedida de agua.
Poner el acento en el uso diario de:
- Cereales integrales en grano.
- Legumbres.
- Verdura
- Fruta de estación.
- Frutos secos.
- Slgas marinas.
- Cocinar de forma tradicional.
- Recuperar las sopas y potajes.
También deberíamos evitar la automedicación de antiestamínicos, analgésicos, antibióticos, el abuso crónico de corticoides y demás medicamentos, otorgándoles su lugar. Y adoptar prácticas más naturales para ayudar al cuerpo a que use su autocapacidad reguladora, por ejemplo: pequeños ayunos, ejercicio físico, friega corporal* (desarrollada por Michio Kushi). En la mejoría de todas las disfunciones, la actividad física está involucrada.
La medicina actual trata a los alérgenos con antiestamínicos y evitando comer o exponerse a la supuesta sustancia que causa la alergia. Esta, como única medida sólo consigue debilitar más al paciente, y hacerlo vulnerable y limitado.
Evidentemente mientras el cuerpo se fortalece no lo exponemos a un shock, pero paralelamente le vamos a introducir en la dieta alimentos revitalizadores, que poco a poco alcalinicen la condición y la estabilicen.
Elementos que acidifican
Si tuviera que enumerar 3 ó 4 elementos que acidifican y debilitan desencadenando alergias, serían los siguientes:
- Azúcar blanco o moreno,
- La fructosa en polvo,
- Lácteos y todos sus derivados,
- Frutos tropicales tomados en esta latitud.
Vivimos en la era de la tecnología y no podemos escapar de esta realidad, pero sí podemos hacer un uso discriminado de cuando y cuanto utilizamos los ordenadores, teléfonos móviles, evitando lo innecesario como el microondas, cepillos eléctrico, mantas eléctricas, cocinas eléctricas.
Ante el desconocimiento sobre las alergias y su origen, no falta el oportunismo tecnológico al que la ciencia médica abre los brazos para justificar su ignorancia, test de intolerancias alimenticias, donde hay resultados tan alarmantes como descabellados —intolerancia al arroz integral o a los cereales integrales—, y en el mismo test sale tolerancia al azúcar o a una bebida cola. Estos test que están muy en auge y que cuestan un montón de dinero, carecen de fiabilidad.
Tratamiento para las alergias modernas
El tratamiento principal a las alergias debería consistir en una alimentación sabia, tradicional, con ingredientes orgánicos, locales, de estación:
- Sopa de miso con verduras dulces
- Té de verduras dulces
- Comer cada día una buena ración de verduras ligeramente hervidas
- Utilizar en contacto con la piel ropa de algodón,
- Friega corporal*.
(*) Friega corporal:
- Sumergir en agua caliente o bajo el grifo una toalla pequeña de algodón, escurrirla hasta que quede húmeda y caliente.
- Fregar en círculos todo el cuerpo, desde los dedos de los pies en forma ascendente, hasta las orejas y rostro. Poner énfasis en los dedos de los pies y manos, axilas, ingles, cuello y detrás de las rodillas. La piel debería ponerse rosa.
- Esta friega debería hacerse con el cuerpo seco, no bajo la ducha por 10 a 15 minutos todos los días a primera hora o antes de ir a la cama.
La friega corporal promueve una buena circulación sanguínea y linfática, con lo que mejora el sistema inmunológico, abriendo los poros de la piel, ayudando al organismo a eliminar toxinas, también estimula los meridianos de energía utilizados en el shiatsu y la acupuntura.