El equilibrio en la vida a través de los 5 sabores

cuenco con diferentes colores y sabores

Según la teoría de las cinco transformaciones, una comida estará equilibrada energéticamente, si además, están presentes los 5 sabores en la comida y diferentes texturas. De esta manera, al terminar de comer, nos gratificaremos y la sensación de “me comería algo y no se qué es” desaparecerá.

Muchas veces terminamos comiendo un exceso de alimentos de forma visceral y extrema, porque no hemos equilibrado la comida con los sabores, y por ejemplo, si todo lo que hemos comido en una comida ha sido blando, nos sentiremos atraídos por patatas fritas o alimentos tostados y secos, terminando con un paquete entero en un minuto. En realidad lo que el organismo nos está pidiendo, y su mensaje es, quiero una textura crujiente junto con el resto de ingredientes del plato de comida. Si comes verdura ligeramente cocida, al dente ¡problema resuelto!.

Así mismo, cuando se abusa de un sabor, el cuerpo pide el sabor opuesto para compensar, o pide la sustancia opuesta, patatas y aceitunas con cerveza, por ejemplo. Si se toma comida muy salada y seca, el mensaje inmediato es un helado o un postre cremoso y muy dulce, así parece que pizza y helado fueran de la mano, pero estas compensaciones con alimentos extremos sólo crean eso, bipolaridad orgánica.

En la teoría dinámica de las 5 transformaciones podemos diferenciar claramente los 5 sabores en la comida: dulce, ácido, salado, amargo y picante.

El sabor dulce

Cuando lactamos, el sabor dulce de la leche materna va a marcar la ruta que deberá seguir el paladar, el sabor predominante para el resto de la vida, el sabor dulce, y no me refiero al sabor azucarado de los edulcorantes, me refiero al sabor dulce de los cereales integrales, de las verduras especialmente las verduras redondas, como calabazas, cebollas cocidas, coles y zanahoria.

De los 5 sabores en la comida, el sabor dulce tonifica especialmente las funciones digestivas y de absorción, a nivel emocional crea compasión y empatía, nutre el bazo, estómago y páncreas, aunque también es cierto que es especialmente un sabor que relaja y suaviza los procesos orgánicos, además alivia el estrés emocional y distiende a las personas tensas. Los niños que están en fase de crecimiento (yang) adoran los dulces, porque los equilibra (yin).

Lo importante es aprender a diferenciar el dulce de lo azucarado, y conseguir gratificarnos con el sabor dulce natural. Cuando masticamos muchas veces un bocado de comida, justamente cereales completos en grano, el sabor dulce surge como el “amritar” que mencionan los textos sagrados.

Aunque el sabor dulce es esencial en nuestra vida, debemos tener en cuenta que para un rendimiento integral y óptimo, adecuada metabolización y total tonificación orgánica, es indispensable tomar y crear gratificación con todos los sabores.

Es verdad que según nuestra constitución y nuestra condición, nos interesan más unos sabores que otros. Saber las características energéticas de los diferentes sabores en la comida nos puede ayudar a diseñar un pantone donde elegir según nuestras necesidades en cada momento.

El sabor amargo, picante, ácido, salado

Es ligeramente laxante, enfría, y contribuye a una ligera perdida de peso; el sabor picante dinamiza, es movilizador de residuos metabólicos, también contribuye a la perdida de peso, es expectorante y saca el calor del cuerpo, en cuanto que el sabor salado genera vitalidad, y calor, tonifica las funciones del aparato renal.

El sabor ácido es hepatoprotector, ayuda a metabolizar las grasas, es un generador de bilis, baja la temperatura del hígado, mejora las funciones digestivas.

Cualquiera de estos 5 sabores en pequeñas cantidades son tónicos pero si excedemos las cantidades se convierten en desequilibrantes. Si una persona delgada se excede con el amargo que en verano ayuda a paliar el calor, pasará al extremo de tener los pies y las manos frías, heces líquidas y poco fuego digestivo, seca la sangre.

En cuanto que los efectos del amargo en una persona obesa, calurosa y con tendencia al estreñimiento, pueden ser muy positivos tomado con moderación.

El sabor picante, es el aliado de las dietas weigth loss, activa el fuego digestivo, mejora el funcionamiento de los intestinos, moviliza, ayuda al cuerpo a deshacerse de flemas y mucosidades y al igual que el sabor amargo, en personas delgadas ha de tomarse con mucha moderación y en cantidades homeopáticas. Su consumo continuado y en dosis altas genera desequilibrios intestinales, hemorroides, úlceras en los labios, fístulas anales.

pimientos picantes para los sabores de la comida

Beneficios de los 5 sabores en la comida

  • El dulce natural tonifica el estómago, bazo y páncreas, el sabor azucarado debilita estos órganos, lleva al organismo a un punto crítico, desmineralizándolo, sumiéndolo en el olvido de el mismo, dejando la puerta abierta y libre para que bacterias y virus hagan del cuerpo su hogar.
  • En pequeñas dosis, el sabor ácido ayuda a la digestión, pues estimula la secreción de bilis y jugos estomacales, relaja en los días premenstruales y calma la histeria. Enfría el hígado, sin embargo, cuando nos excedemos puede causar úlceras en la boca y en el estómago, y un carácter acido, enfría el cuerpo.
  • El sabor salado tomado con moderación es un excelente tónico de las funciones renales. Tiene poder alcalinizante, genera vitalidad y resistencia física, un exceso de sabor salado nos hacemos propensos a la hipertensión, estrés y disfunciones cardiovasculares, tensión muscular, rigidez de carácter y rigidez física.

Donde encontrar los sabores

  • El sabor dulce natural lo encontramos en las verduras cocidas, en los cereales integrales y en frutas secas, cocidas y frescas. Evita el sabor de los azúcares simples.
  • El sabor amargo, está presente en las lechugas, achicoria, escarola, algunas algas, semillas tostadas, cereales tostados. Evita el amargo del café y todo lo que contenga cafeína.
  • El sabor picante, en los rábanos, cebollas, ajos, nabos daikon, jengibre, hojas de mostaza, en dosis muy moderadas y eventualmente con propósitos determinados, cúrcuma, pimienta, wasabi o mostaza japonesa. Evita los picantes de cayena, guindilla, ají, curry.
  • El sabor salado, se encuentra en la sal marina no refinada, miso, shoyou, tamari.
  • Evita la sal común refinada, las sales grises, y todos los salazones preparados a base de sal refinada. Los condimentos con glutamato monosódico, el shoyou o salsa de soja y miso industrial.
  • El sabor ácido, en los limones, vinagres naturales, chucrut, prensados cortos, pickles caseros, fermentos naturales, cítricos en general. Evita los vinagres a base de químicos, en cuyos ingredientes contengan azúcar, las conservas avinagradas de origen industrial.

Para integrar los 5 sabores en un menú diario, podríamos empezar con un pequeño cuenco de sopa de miso (sabor salado), cereal integral (sabor dulce), alga nory (sabor amargo), chucrut (sabor ácido), ensalada de rábanos y hojas de mostaza (sabor picante).