Envejecer jóvenes con una visión holística de la salud

Envejecer jóvenes con alegría y vitalidad

“La longevidad es la recompensa de la virtud” (Simone de Beauvoir)

La salud es vista desde la medicina industrial sintomática, como la ausencia de la enfermedad, pero en realidad la paradoja es que enfermamos porque tenemos salud.

Desde ese punto de vista mecanicista newtoniano, la enfermedad se ve como el enemigo, donde se nos acostumbró a una retórica bélica.
Se nos dice que hay enemigos externos que nos atacan, como virus y bacterias o nuestras propias células se vuelven malignas y se reproducen anárquicamente y de forma descontrolada, o nuestro sistema de defensas nos auto ataca deliberadamente, o se achaca a que lo que sucede es por culpa de los años, y se considera la vejez una enfermedad.

A partir del gobierno de Richard Nixon en EEUU se empieza a utilizar términos como la guerra contra el cáncer, la batalla contra la enfermedad o incluso un golpe al cáncer, y en ese mismo contexto los oncólogos son retratados como guerreros heroicos, como las fuerzas especiales del mundo de la medicina que algunas veces encarnan una pelea cuerpo a cuerpo con escalpelos y otras armas con láser, pistolas de rayos y armas químicas, perdiendo así la visión amplia y holográfica de la relación inherente entre enfermedad y salud, salud y enfermedad como una unidad, y dejándonos indefensos y sin “herramientas” para defendernos del supuesto contrincante.

La visión natural del presente

La salud como yo la entiendo, es la capacidad de adaptarse a los cambios con el mínimo de tensión o con la mayor gracia posible. Cuando hablamos de una visión holística de la salud o la medicina holística, no estamos queriendo decir “medicina alternativa”, lo que quiero decir con este enfoque, es la capacidad de estar aquí y ahora en el presente, contemplando y abrazando lo que existe. Porque si estoy presente soy consciente de todo lo que está sucediendo en este momento: quien soy yo, cómo siento, cómo pienso, cómo reacciono, cómo me alimento, cómo elimino, y cómo lo hace el entorno que me rodea, que definitivamente resuena o impacta en mi, el medio ambiente y mi estilo de vida.

Es decir, tener una visión integral de todo lo que me está rodeando, abrazar el todo, una visión de conjunto, y la visión de conjunto siempre es más eficaz para solucionar desafíos.

La salud holística tiene una visión de equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu, lo considera todo y cuando estudia la higiene humana, lo hace con personas vivas, e individuales, no se basa en cuerpos inertes, muertos, aislados en laboratorios bajo un microscopio.

Observa y estudia a las personas en movimiento, su cultura, sus emociones, su carácter, sus creencias, desde una perspectiva muy distinta al enfoque newtoniano analítico de la medicina industrial moderna, que es un enfoque mecanicista, que separa las partes del todo y empieza a analizar parte por parte, donde solo le da importancia a lo que puede ver, medir, y palpar físicamente con los sentidos físicos.

Y por esta razón nunca puede llegar al origen de las cosas, porque no podemos olvidar que la energía precede a la materia y hay una parte que siempre es intangible, por esto, la visión holística nos da una comprensión más amplia de todos los procesos.

“La salud es una dirección no un estado estático” (Patricia Restrepo)

La medicina natural holística no ve la enfermedad como un ataque externo o un fallo fortuito del organismo, porque está basada en las antiguas medicinas tradicionales donde el ser humano era uno con el medio ambiente, la vida y el universo, y se consideraba que todo está interconectado y regido por unas leyes universales, las leyes de la naturaleza, y la enfermedad no es otra cosa que ir en contra de estas leyes.

Esta visión no considera que enfermamos por un golpe de mala suerte, de manera fortuita o porque estaba en mi destino, no nos hace culpables pero sí responsables y en cierta medida nos lleva a reflexionar en los factores fundamentales artífices de la salud: la dieta, hábitos de vida, las emociones y el momento vital que estamos atravesando (edad, sexo, trabajo).

Otro aspecto al que nos lleva esta visión integrativa es a la comprensión de que no existen enfermedades, existen enfermos. Ya lo dijo Louis Pasteur, lo importante es el terreno.

Esta visión no solo nos hace responsables sino también nos empodera, para por medio de una dieta adecuada y un estilo de vida respetuoso con las leyes de la naturaleza y conscientes del momento vital y orgánico que estamos experimentando, seamos dueños de nuestra salud y envejezcamos en buena forma y como consecuencia dejaremos de ser víctimas de un sistema basado en el miedo, la amenaza y la recompensa o la ganancia que genera al sistema la enfermedad y el victimismo.

El «terreno» de nuestras células

Ahora que hemos definido la salud, vamos a definir lo que la medicina natural llama “terreno”, el medio en el que las células viven y desarrollan sus funciones, que son los líquidos intra y extra celulares, es decir, líquidos que están dentro de las células y a su alrededor, donde tienen lugar la mayoría de los procesos metabólicos celulares que son la base de la vida. Estos líquidos internos mantienen la homeostasis en equilibrio. Es un mecanismo de autorregulación que tenemos todos los seres vivos para mantener nuestro medio interno estable ante los cambios del entorno y adaptarnos con fluidez . De ahí que de una manera somática el organismo nos esté transmitiendo lo que realmente significa salud “adaptación”.

La homeostasis mantiene estables las constantes vitales como la presión sanguínea, el nivel de glucosa en sangre, la temperatura corporal, el PH interno.
La vida, la salud, la longevidad en su profundidad dependen de este equilibrio y es a su vez la clave para tener una vida armoniosa, una excelente calidad de vida y una longevidad vital, ya que estos líquidos internos forman en realidad nuestro terreno, y este terreno es donde las células viven y desarrollan todas sus funciones.

Aquí nos serviría la analogía de una planta. Una planta está enraizada en la tierra y nosotros en vez de tierra tenemos agua (en la edad adulta somos de un 60 a un 70%) pero es el mismo principio. En el caso de una planta es desde la tierra que llegan todos los nutrientes, en nosotros, es a través de estos líquidos internos que permiten que lleguen a las células los nutrientes y sustancias requeridas por el metabolismo para su absorción, pero una fase aún más determinante es que a través de estos líquidos se lleva a cabo la eliminación de desechos del metabolismo celular. Recuerda que “no enfermamos por lo que comemos, enfermamos por lo que no podemos eliminar”, porque un principio básico para la salud y la longevidad está resumido en esta ecuación ABSORCION, DIGESTION Y ELIMINACION.

Como bien sabemos estamos constituidos en la mayor parte por agua, se nos insiste en beber grandes cantidades de agua pero nadie habla de cómo limpiar nuestras aguas internas, nuestras aguas negras y contaminadas.

El organismo en su perfectísima holografía dispone de los emuntorios o vías de eliminación de desechos, estos son órganos y sistemas corporales de drenaje, como por ejemplo el sistema linfático. La linfa es una red de conductos que recorren todo el cuerpo y se encargan de drenar los tejidos, digamos que es el sistema transportador de basuras.

Otra vía esencial es el hígado, no por casualidad en el antiguo Oriente lo llamaban “HUN” que está relacionado con el alma etérea, porque no solo es la gran depuradora de toxinas, grasas, químicos, restos de fármacos y hormonas, sino también de emociones. Está constantemente filtrando la sangre.

Y no menos depuradores, los riñones y el colon, desde los riñones eliminamos desechos especialmente de la digestión de las proteínas y el colon donde eliminamos las heces que son el residuo solido de la digestión de los alimentos

También a través de pulmones eliminamos el CO2 que es un desecho de la respiración, y también mucosidad que es un mecanismo que tiene el cuerpo de drenar desechos de las mucosas y las vías respiratorias.

La piel y el pelo son emuntorios secundarios, eliminamos a través del sudor toxinas y a través del pelo eliminamos en forma de caspa toxinas y grasas.

La mujer posee otro que en Occidente no se le da la misma consideración que se le daba en la antigua medicina clásica China y es el aparato reproductor femenino, especialmente cuando la mujer está en la edad fértil a través del flujo y el sangrado donde se eliminan desechos y el cuerpo femenino se purifica.

Todos estos emuntorios son los que se encargan de mantener limpio el terreno, drenando toxinas y expulsándolas fuera del cuerpo, pero qué sucede cuando debido a una dieta y estilo de vida caótico, emocionalmente desequilibrado, se saturan las vías de eliminación, las toxinas se acumulan y las células ya no se pueden mantener sanas, porque es como si las células nadaran en su propia porquería.

Y así es como aparecen las enfermedades, pero en realidad las enfermedades no son más que mecanismos de auto-regulación, es así como el organismo recupera su equilibrio interno, y lo hace intentando expulsar las toxinas y deshechos que le están impidiendo realizar sus funciones vitales. Por esto el cáncer en realidad es una forma de protección, el cuerpo aísla todas las toxinas y las expulsa en una zona determinada impidiendo contaminar todo el sistema orgánico.

Claramente es imprescindible cuidar la dieta y el estilo de vida para envejecer jóvenes, especialmente a medida que nos hacemos mayores, pues aunque tengamos una manera de vivir respetuosa y armónica, los emuntorios también van perdiendo su eficacia, de ahí la importancia de hacer limpiezas y revisar la dieta adaptándola al momento vital que estemos viviendo.

Cuando llegamos a la edad madura y especialmente cuando vamos envejeciendo perdemos la capacidad de eliminar y las mujeres ya no lo hacemos a través del sistema reproductor, para compensar debemos asistir al cuerpo y contemplar estos factores:

  1. Llevar una dieta limpia basada en plantas.
  2. Limpiar el terreno periódicamente con remedios caseros naturales, tips y dietas especiales.
  3. Adaptar la dieta a nuestra edad, no es lo mismo una mujer que un hombre, un niño que un anciano, una mujer en la edad fértil o una mujer en la menopausia.
  4. Ejercicio moderado con regularidad. El ejercicio extremo puede revertir el proceso y crear acidosis en el organismo.

Envejecer de manera íntegra

Desde el punto de vista holístico, es el proceso en el que el cuerpo físico pierde progresivamente la capacidad de canalizar la energía sutil.

Según la medicina macrobiótica heredera de la medicina clásica China, todos los seres vivos pero en este caso el cuerpo humano, constan de dos partes, la esencia y la sustancia. La sustancia es el cuerpo material y la esencia es el cuerpo sutil, el cuerpo energético, mental, emocional, la energía sutil que anima este cuerpo físico.

Cuando estamos vivos, no estamos vivos porque el corazón late o porque tengamos sangre en las venas, o porque nuestras células están transportando glucosa, todo esto es la consecuencia de estar vivo, no es la causa. La causa de estar vivo es que nosotros estamos canalizando energía sutil, la energía universal que los antiguos llamaron de diferentes maneras, en la India se llamo Prana, en la China Chi, en Japón Ki, nosotros le llamamos ánima o lo podemos llamar Dios. Esta energía sutil corre a través de los diferentes canales y meridianos del cuerpo.

Cuando estamos jóvenes el cuerpo tiene una capacidad innata para canalizar toda esta energía sutil, sin embargo cuando envejecemos el cuerpo físico, que es perecedero se corrompe y finalmente muere, va perdiendo esta capacidad en cuanto que nuestra esencia es eterna, nunca muere es la que aporta el orden y la perfección, el alma infinita.

Lo natural es envejecer saludablemente, el cuerpo va a morir un día, pero entre tanto la vida ha de burbujear a cada instante. La paradoja es que la ciencia ha conseguido que la esperanza de vida aumente, pero en realidad en la mayoría de casos se le llama vida a un estado vegetativo, mecánico, apoyado en un arsenal de medicamentos, con infinidad de limitaciones y con un índice muy alto de depresión, frustración, tristeza y desorientación social. En muchos casos no hay vida antes de la muerte.

Envejecer no significa enfermar, es un clásico escuchar de la medicina industrial, esta o aquella enfermedad se debe a los años, pero esto no es una verdad, podemos enfermar a cualquier edad. Enfermar significa desconectarme de la energía sutil que recorre mi cuerpo físico a través de los meridianos energéticos. Enfermar significa desconectarme de lo que es, de este presente, de la energía universal que en realidad es amor, es consciencia.

Sanar es volver a restablecerme con el orden de la naturaleza, es volver a conectarme a la energía sutil, es amar.

Amor es amarme en primer lugar a mi misma, es cuidarme, respetarme, respetar las necesidades de mi cuerpo y si me amo, amo todo lo que me rodea, la vida la vivo con pasión.

Considerando las leyes de la naturaleza en su movimiento infinito de contracción y expansión, la pulsión del universo, envejecer corresponde energéticamente a la contracción (yang). Progresivamente nos vamos yanguinizando. Si utilizamos la analogía de una uva lo podemos comprender mejor, la uva madura es tierna y jugosa si la ponemos a secar al sol, se va contrayendo, va perdiendo el liquido y se quedad arrugada y pasa, muy contraída, pero también mas dulce, que no es ni peor ni mejor que la fresca, solo que ha pasado a otro estado energético.

Durante nuestra metamorfosis, cuando estamos en el vientre materno somos producto de una acción extremadamente yang que se produce en el útero femenino. En el vientre materno somos como una bolita de energía muy concentrada, cuando nacemos seguimos siendo yang de bebes, y poco poco nos vamos expandiendo hasta llegar al pico máximo de masa ósea sobre los35 años, y empezamos el movimiento casi imperceptible de camino de regreso a la contracción de la sustancia o cuerpo físico, donde finalmente el cuerpo se queda rígido y seco, decae y muere, y la sustancia o espíritu se desprende y se expande en el infinito en un proceso yin de máxima expansión.

Llegando al envejecimiento perdemos líquidos, y fluidos, un descenso de la producción hormonal, un incremento del calor interno. Físicamente tendemos más a la rigidez y la tensión interna y emocional, de manera que deberíamos compensar o equilibrar este estado reduciendo alimentos de tenor extremo yang, como el pan, lo seco, lo salado, lo duro, los alimentos de energía muy concentrada y densa de origen animal (huevos, embutidos, quesos, aves, carnes en general).

La cualidad energética contractiva la deberíamos compensar con alimentos expansivos de centro, mucha más verdura, legumbres, tofu, tempeh, natto, cereales integrales, algas, semillas y derivados de las semillas.

En el plato equilibrado para envejecer jóvenes debería estar presente esta división: alimentos de nutrición o mantenedores y alimentos de limpieza. Los alimentos de nutrición son los que mantienen, sostienen y regeneran todas las estructuras corporales.

Los alimentos de nutrición nos deben aportar cada día glucosa estable, porque la glucosa es nuestro combustible principal, así como a un coche la gasolina. Un coche tiene un motor, nosotros tenemos millones de motores que son las mitocondrias que están en nuestras células. Son pequeños órganos que van a la glucosa y producen ATP (Adenosín Trifosfato o Trifosfato de Adenosina) es la molécula portadora de la energía primaria para todas las formas de vida y para cualquier proceso interno. Y por supuesto esta energía la obtenemos en estado puro del cereal integral en grano entero no partido o aplastado y cocido. Pues al ser de cadena molecular larga en el aspecto bioquímico, en el aspecto energético absorbe la energía electromagnética en la misma proporción y posición vertical que el human , nos proporciona energía de lenta absorción y larga duración y nos conecta por analogía con el todo.

Luego tenemos las proteínas, son como las piezas de recambio del coche y en el cuerpo son el material de construcción, para que el cuerpo pueda renovar estructuras, fabricar nuevas células, y especialmente en el hombre adulto son determinantes. Las proteínas se encuentran en las legumbres como las lentejas, garbanzos, judías negras, azukis, guisantes verdes secos, tofu, tempeh, natto, seitan.

Pero estos alimentos de nutrición que son imprescindibles al metabolizarlos generan toda una serie de desechos y algunos residuos metabólicos que han de ser eliminados. Básicamente son CO2 en el caso de la glucosa, en el caso de las proteínas son ácidos y en el caso de las grasas es colesterol, por esto es tan importante aportar en cada comida y menú ingredientes de limpieza, “VERDURAS” que deberían constituir 50% del plato incluyendo una pequeñísima cantidad de algas marinas. La proporción cambia radicalmente cuando estamos en la edad fértil.

No olvidemos que al envejecer el cuerpo va perdiendo eficacia en sus labores de limpieza, y el aporte de alimentos de verduras cocidas ligeramente, de color verde, en el menú principal compensa esa carencia.

Considerar los alimentos solo por sus nutrientes es quedarnos en la sustancia y olvidar la esencia. Energéticamente los alimentos de nutrición y mantenedores nos confieren una energía de concentración, contracción, activación energética, aportan calor y dirección, y por su parte los alimentos de limpieza energéticamente nos abren, dispersan, relajan, refrescan, dilatan, fluidifican los líquidos internos, desintoxican, depuran y limpian.

Pautas para envejecer en salud y jovialidad

  1. Adopta una alimentación basada en plantas (cereales integrales en granos, verduras de estación, legumbres, semillas, frutos secos, algas marinas, fermentos, proteínas vegetales, hierbas fresca, aceites de primera presión en frío, y una menor cantidad de frutas locales y de temporada.
  2. Evita el pan, las harinas horneadas y alimentos de origen animal y proteína concentrada. El pan es uno de los factores de mayor envejecimiento.
  3. Asegúrate de tener una buena hidratación, por esto evita panes y horneados que consumen tus fluidos. Las verduras aportan líquidos con nutrientes infiltrados, y las frutas de estación locales en una menor cantidad y nunca como plato central nos refrescan y lubrican.
  4. Asegúrate que la mitad del plato sea verdura ligeramente cocida, alguna parte cruda, germinados y hierbas frescas. Recuerda que limpian el organismo, mantienen el colesterol bajo, liberan al hígado de un exceso de trabajo, aportan flexibilidad y relajación. Los cereales integrales en grano y las legumbres aportan resistencia, vitalidad y energía.
  5. Elimina el café, la teína, la teobromina del cacao, nicotina del tabaco y todas las inas. Estas sustancias aceleran el envejecimiento, son estimulantes artificiales que obligan a trabajar más a las suprarrenales y las obligan a producir más adrenalina y cortisol que son las hormonas del estrés. Se agotan las suprarrenales, cargan el hígado porque es el encargado de filtrar los desechos tóxicos de estas drogas, que a su vez fulminan los riñones que son la batería de la vida. Cuando nacimos se nos legó una dosis de energía y cuando agotamos esta batería la vida se acaba. Podemos funcionar sin vesícula, sin bazo, con medio estómago o medio intestino, nos pueden quitar un trozo de hígado, incluso hacernos un by pass pero si el riñón falla nos morimos.
  6. Utilizar inteligentemente la sal. La sal marina no refinada son minerales, y oligoelementos, electrolitos indispensables para el equilibrio sodio potasio. La sal no se debe utilizar cruda, se ha de vegetalizar, cocinar, pero tampoco se debe suprimir la sal. En realidad la sal es un alimento reconstituyente, los minerales son como las pilas de la vida, y la mayoría de los procesos internos funcionan gracias a los electrolitos como los impulsos nerviosos, los movimientos musculares, el equilibrio sodio potasio, que es el otro gran secreto para mantenernos con energía y salud.
  7. Utilizar el alcohol solo en momentos festivos no a diario, evitarlo al máximo porque el alcohol aparte de deshidratar y secar el hígado, nos va secando y en este proceso de envejecer ya nos estamos secando. El alcohol a diario aunque solo sea una copita de vino acidifica, creando problemas articulares y musculare, además nos convierte en personas ácidas de carácter.
  8. Mantener una vida tranquila, con ritmo y horarios respetuosos con la luz. Somos seres que funcionamos con la luz. La luz es una energía sutil que genera orden y belleza. En lo profundo de nuestro cerebro tenemos el hipotálamo que es como un sensor que detecta cuando hay más o menos luz y le va enviando mensajes a la hipófisis que es la glándula jefa del sistema hormonal. Toda nuestra producción hormonal depende de la luz, por esto si queremos envejecer saludablemente hemos de mantenernos en contacto con la luz y los ritmos naturales.
  9. Dormir un mínimo de 7 horas en una habitación totalmente oscura para segregar serotonina, y ventilada incluso en invierno para no respirar nuestro propio desecho, a ser posible rodeado de plantas verdes.
  10. Cultivar la sexualidad, aunque se va perdiendo el interés, hemos de buscar inspiración para seguir sexualmente activos, transformar nuestra practica sexual quizá no enfocada en el orgasmo, un sexo más tántrico y satisfactorio, al fin y al cabo la energía sexual es la energía de la creatividad y la vida misma. Practicar el sexo nos hace sentir vivos, atractivos, vitales y felices, y se convierte en otra forma de eliminación de estrés y frustración.
  11. Mantener una actividad física moderada. Las personas más longevas no corren maratones ni van a gimnasios, sus tareas se basan en cuidar jardines, o huertos, caminando con sus animales, ir en bicicleta, sus desplazamientos son principalmente a pie, no dedican tiempo al televisor, ni a ordenadores. Es muy recomendado hacer estiramientos de yoga, chi-kung, Tai chí.
  12. Mantener la regla del 80% que significa dejar de comer cuando el estómago esté lleno al 80%, dejar un 20% del estómago vacío contribuye a no consumir KI. Y para conseguirlo hemos de disminuir la velocidad cuando comemos y masticar concienzudamente. Consumir toda la comida del día en las primeras 8 horas o por lo menos hacer la última comida antes de que se oculte el sol “comer la mitad, andar el doble, reír el triple”.
  13. Otra característica importante de las personas longevas es pertenecer a una comunidad, en definitiva los humanos somos seres sociales, y si a esto le sumamos compartir intereses comunes, esta conexión con los demás nos llenará de alegría. Aquí cabe recalcar que tener animales de compañía incrementa el gozo, la ternura y el sentido.
  14. Practicar la meditación, la oración, el perdón, la comprensión y la gratitud que nos llevan a la compasión a serenar el espíritu y a prepararnos para volver a la unidad de donde venimos.
  15. Visitar a un consultor cualificado y suplementar si fuera necesario con las vitaminas y oligoelementos carentes, recuerda que el cuerpo va perdiendo habilidades de absorción y metabolización.
  16. Mantenerte mentalmente activo, leyendo cultivando el espíritu de la curiosidad y el asombro.
  17. Respirar conscientemente es quizá una de las claves determinantes, respirar es vivir, la vida entra y sale a cada segundo a través de la respiración. Cuando entramos en el plano del mundo de los fenómenos y conectamos con la vida, lo hacemos a través de una inspiración al nacer, y cuando finalizamos y seguimos el camino al mundo de los espíritus, lo último que hacemos es expirar, es decir, expulsamos el último aliento de vida. Según los Rishis, sabios de la India, nuestra vida se mide en respiraciones, el marcapasos del tiempo no es en realidad la cantidad de vueltas de la tierra alrededor del sol. Las respiraciones son las que determinan nuestro tiempo. Y la forma en la que respiramos y cuantas veces respiramos consumen o prolongan nuestro reloj biológico, o nuestro “KI” (el anima de la vida).

Para tener una vejez vital, no necesariamente debemos poseer buenos ingresos económicos, tecnológicos o cuidados médicos especializados, ni vivir en países con sistemas sofisticados y modernos. Necesitamos por el contrario, salirnos de la norma, ser diferentes auténticos, vivir una vida sencilla con sentido común acorde a las leyes de la naturaleza, mentalmente activos y con el corazón muy abierto “EN AMOR”.

“Solo la alegría es garantía de salud y longevidad” (Ramón y Cajal)

Recetas que nos ayudan a envejecer jóvenes

Ceviche de guisantes verdes secos

Aporte de proteína, frescura y grasas de buena calidad

Ingredientes

  • 250 gr de guisantes verdes dejados a remojo
  • 1 aguacate
  • 1 cebolla morada
  • El zumo de 5 limas
  • Vinagre de arroz
  • Un manojo entero de cilantro
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Un trozo de alga kombu

Elaboración

  • Cocer los guisantes en la olla rápida con un trozo de alga kombu, 5 minutos a fuego alto y 25 minutos a fuego bajo.
  • Dejar enfriar.
  • Cortar la cebolla morada en trozos pequeños y macerar con un poco de sal y zumo de limón.
  • Cortar el cilantro muy fino.
  • Trocear el aguacate.
  • Mezclar todos los ingredientes.
  • Condimentar con sal, zumo de lima, aceite de oliva y vinagre de arroz

Crema de calabacines

Energéticamente crean suavidad y relajación

Ingredientes

  • Un manojo de puerro
  • 2 calabacines
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Ajo
  • Albahaca fresca

Elaboración

  • Cortar a partes iguales el calabacín y el puerro.
  • Calentar una olla pequeña con un poco de aceite.
  • Rehogar los calabacines, el ajo y los puerros con un poco de sal hasta que suelte líquido.
  • Dejar reduciendo a fuego bajo durante 20 minutos.
  • Triturar, corregir de agua.
  • Servir con albahaca fresca.

* NOTA: En verano se puede convertir en un gazpacho, añadiendo un poco de zumo de limón y servirlo fresco

Endivias rellenas

Plato proteico suave

Ingredientes

  • 2 endivias tiernas
  • 1 bloque de tofu fermentado
  • Un poco de chucrut
  • Un puñado de semillas de calabaza tostadas y salpimentadas
  • Un poco de aceite de pepita de uva o similar
  • Sal
  • Germinados

Elaboración

  • Triturar y procesar todos los ingredientes hasta conseguir una crema untuosa
  • Separar los barquitos de endivias
  • Rellenar con la crema
  • Servir con germinados.

2 comentarios de “Envejecer jóvenes con una visión holística de la salud

  1. Matias dice:

    Mi madre de 93 años siguió la alimentación natural(legumbres, verduras, frutas de la estación, granos enteros de arroz, copos de avena sin gluten, pescado, semillas y frutos secos y ocasionalmente yoghourt de cabra, todo ecológico. Actualmente incorporo el reconstituyente Tekka, alga nori, vinagre umeboshi y te kukicha.

    • Patricia Restrepo dice:

      Gracias Matías, que alegría saber que personas a esta edad tan avanzada llevan una alimentación acorde con lo que somos.
      Es mejor evitar el lácteo aunque sea de cabra y el tekka también, es demasiado yang y a estas edades las personas ya están muy yang. Evita el yin y yang extremo, es preferible una alimentación más al centro equilibrada.
      Un saludo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *