La falsa moral del azúcar moreno y sus secuaces

cuchara de azúcar moreno

Cabe preguntarse qué falsa moral encierra el azúcar moreno y sus secuaces —fructosa jarabe de maíz, estevia, aspartan, ciclomato, sacarina, sorbitol, manitol— en el consumo diario.

«Dentro del orden eterno del universo, el azúcar refinado por el hombre juega su papel como todas las cosas. Quizás los promotores del azúcar son nuestros depredadores, conduciéndonos a la tentación, distribuyendo una especie de dulce pesticida humano que deslumbra a los ávidos por una dulce vida haciéndonos caer en una forma de autodestrucción, ahorcando el jardín humano, seleccionando según la ley natural, al más adaptado para sobrevivir, mientras el resto perece en otro diluvio bíblico, esta vez no es de agua si no de bebidas colas y otros refrescos, purificando la raza humana para otra era”. (William Dufty)

Parece que pocas personas desconocen los efectos letales del azúcar, aunque sea azúcar moreno (sacarosa y C12H22O11) igual que tampoco desconocemos los efectos de otros venenos blancos y cristalinos, cocaína, morfina y heroína. Pero el vértigo informativo radica en blanquear social, moral y nutricionalmente a sustancias que sirven de sustitutos del azúcar con el mismo poder letal, sólo cambia el traje con que se les viste.

No solamente voy a dar una opinión empírica energética, basada en mi experiencia y en la experiencia de cientos de pacientes estudiantes, también voy a citar información científica de expertas como Olga Cuevas, Licenciada en Ciencias Químicas y Doctora en Bioquímica.

La gran confusión radica en lo rentable que es para este sistema depredador el consumo de mono y disacáridos que convierten al individuo en un ser vulnerable, diana de los intereses de laboratorios químicos, industria farmacéutica, publicidad sensacionalista, servilismo político y religioso, consumismo superfluo e innecesario y en general a la esclavitud en todos los aspectos de la vida. En realidad la credibilidad que se le da a los diferentes azúcares químicos/edulcorantes está basada en nuestra ignorancia, la ignorancia al impacto que tiene en nuestro cuerpo que trasciende más allá de las papilas gustativas.

Y parte de un hecho fisiológico con el que nos manipulan, el ser humano necesita glucosa para el buen funcionamiento del cerebro y de todas las células, pues este es el combustible puro para el cuerpo. Necesita carbohidratos presentes principalmente en los cereales integrales en grano, legumbres y algunas verduras.

La rapidez de absorción hace la diferencia entre vitalidad y decrepitud

Los alimentos de absorción lenta son los cereales integrales, derivados, legumbres y algunas hortalizas. La digestión de estos carbohidratos complejos o polisacáridos de absorción lenta comienza en la boca, gracias a la acción de la saliva —amilasa salival— y desde la boca pasando hasta el intestino delgado, un sistema perfecto los desmenuza hasta convertirlos en glucosa, fructosa o galactosa, para atravesar el epitelio intestinal y una vez absorbidos por las vellosidades intestinales pasar a la circulación sanguínea, al hígado y los diferentes almacenes de glucógeno del cuerpo, que por cierto son muy pequeños. Sólo se llena con carbohidratos, con lo que cereales integrales en grano deberían estar presentes en nuestra dieta diaria.

Los de absorción rápida mono y disacáridos pasan directamente al torrente sanguíneo como una droga en vena que salta todo el proceso holográfico y perfecto del sistema digestivo desestabilizando el funcionamiento del páncreas, obligándole a excretar insulina para afrontar la presencia súbita de “glucosa”, lo que ha elevado como consecuencia la glucemia en sangre (hipoglucemia – hiperglucemia).

Los vaivenes de glucosa no solo nos dañan físicamente, son también el origen de un carácter cambiante fluctuando entre depresión y euforia.

La principal motivación para escribir este articulo es la de clarificar que cuando desaconsejamos el uso del azúcar simple —y sus secuaces— no viene de un prejuicio ideal si no del conocimiento científico de la reacción fisiológica que tiene lugar en el cuerpo, al entrar en contacto con estas sustancias casi todas de origen químico.

También para desvirtuar los falsos calificativos con los que se nos venden fructosa, sacarina, azúcar moreno y otros mencionados más adelante, que en realidad tienen el mismo denominador común mono y disacáridos, y que se nos venden como la sustitución inofensiva del azúcar común. Por tanto, pasaremos también al banquillo de los acusados a la miel, no por su constitución energética, si no por el uso que se pretende le demos, de ser un remedio puntual a un endulzante de todos los días con su consiguiente impacto en el cuerpo. Es pue un disacárido aunque de origen natural y con algunas propiedades.

taza de té y taza de azúcar moreno sobre mesa de madera

Y así nos dice la doctora Olga Cuevas sobre:

  • Azúcar sacarosa o azúcar blanco: es un producto químico puro formado por moléculas de sacarosa que se puede obtener a partir de la remolacha o la caña.
  • Las melazas de caña de azúcar o de miel: son los productos residuales de la cristalización del azúcar.
  • Azúcar moreno: es azúcar que no se ha limpiado a fondo, a veces vendido como un sustituto mejorado del azúcar blanco pero no presenta ninguna ventaja con respecto a esta.
  • Fructosa: es un monosacárido abundante en estado libre en los vegetales en particular como su nombre lo indica en los frutos. Sin embargo, ponemos el acento en la fructosa porque no se obtiene de los frutos directamente, se hace a partir del azúcar blanco por un proceso enzimático o químico más barato. Cualquiera que sea su procedencia la fructosa es una sustancia química pura sin vitaminas, minerales ni fibra, su poder edulcorante es mayor que el de la sacarosa. La publicidad es engañosa, la fructosa no es más sana que el azúcar blanco y se ha demostrado que es un potente inductor de la formación de triglicéridos, por lo que puede causar, a la larga, importantes problemas a los diabéticos. Además la fructosa se transforma en glucosa a expensas de un trabajo hepático. Razón de más para ser moderados.
  • Jarabe de maíz: es penoso que se le confunda con melaza de maíz. Este resulta de un proceso químico obtenido a partir del almidón generalmente de patata. Es muy utilizado en la industria de las golosinas es más barato que el azúcar.
  • Melaza de cereales integrales: se obtiene por un proceso enzimático natural a partir del grano cocido, generalmente arroz o cebada. Contiene minerales procedentes del grano, y si el proceso se ha realizado a temperatura inferior a 70º tiene propiedades enzimáticos. En nuestro empeño por promover una alimentación sana nos vemos en la obligación de denunciar los peligros de aditivos, contaminantes, pesticidas. Pero la toxicidad de estos es ínfima en comparación con la del azúcar, sobre todo por el abuso que se hace de él.

Libros recomendados:
“Sugar Blues”, William Dufty. Publicaciones GEA, Uruguay.
“El hombre de sal”,  Martin Macedo. Ed. Cruz del Sur, Uruguay.
“El equilibrio a través de la alimentación”, Olga Cuevas.

Si buscas lo dulce, tu búsqueda no tendrá fin; pero si buscas el verdadero sabor, encontrarás lo que quieres. (Axioma budista)

Un comentario de “La falsa moral del azúcar moreno y sus secuaces

  1. Javier dice:

    Hola.
    Me gustaría saber si habéis conseguido hacer melaza de arroz. He probado diferentes métodos y nunca consigo algo como las industriales.
    Enhorabuena por el blog.
    Saludos.

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